Una trayectoria impecable

El primero de abril de 1967 un muchachito que en invierno trabajaba de celador en un colegio secundario y en verano era bañero de nuestro club del barrio, entró a trabajar en una empresa farmacéutica, no tenía ni idea de que se trataba pero le gustó tanto que años después se anoto en una facultad y estudió de noche varios años hasta recibirse, mientras tanto iban naciendo hijos y el muchachito se convirtió en un hombre que estaba orgulloso de su crecimiento laboral. Ayer, 1 de abril ese señor cumplió 50 años de trabajo en la misma empresa. Ese señor es mío. Felicitaciones marido! ( y sigue trabajando )