Mi hermoso 8N

 

Estoy cansada, pero siento que  he puesto mi granito de arena, fui una de las 30.000 personas que anónimamente fueron hasta la Quinta Presidencial, nadie nos llevó, nadie nos pagó, nadie nos obligó.
Hice muchas escarapelas para regalarle a quienes las quisieran y por suerte todos las pidieron, ví a mucha gente mayor a muchas señoras con los cochecitos de bebe y muchos adolescentes.
Aplaudí  durante 2 horas, canté el himno rodeada de mis amores, entonces, nada más puedo pedir por hoy.

Ahora, de vuelta en mis pagos, me voy a dormir en paz y cuando algún día mis nietos me pregunten que hice yo para ayudar al país, quizás les pueda contestar: - Hice ruido, mi amor, ayudé a hacer mucho ruido para ver si la Señora que está detrás de esas altas paredes nos escucha, nada más...