Las cábalas familiares son sagradas, llegamos quince minutos antes, mi marido se pone la misma remera roja y el pantalón negro, todos llevamos exactamente lo mismo para comer y tomar - cosa de no debilitarnos - cada uno se sienta en el mismo lugar, ex pepe con su camiseta y la vincha, y silencio absoluto, por supuesto que son permitidos los gritos histéricos y alguna puteada de vez en cuando.
Acá está la mamá de ex pepe sobre el respaldo del sillón acomodando una de las banderas que estaba chueca, ya empezaba el partido...¡vamosssss todos a sus lugaressssssss!
Y como soldaditos en un segundo ya estábamos todos sentaditos mirando embobados a la pantalla.
Ya cantar el himno nos pone medio emcionaduchos...y en cuanto empiezan a jugar vamos gastando la adrenalina a full.
Y por supuesto, así pasamos esos noventa más dos más otros treinta minutos interminables...y encima teníamos que sufrir un poco más con los penales... suerte que mi marido está haciendo chapa y pintura a su stent, porque creo que hoy más de uno terminó en el hospital con taquicardia...¡qué manera de sufrir!´
Pero valió la pena, estoy agotada como si hubiera barrido un médano, pero contenta
¡Vamos Argentina!
Ah! y felicito a mi preferido desde que empezó el mundial, que al terminar el partido les hice gritar : - A la una, a las dos y a las tres ¡¡¡ Romerito, sos el mejor !!!
5 comentarios:
Jajaja!!! "agotada como si hubiera barrido un médano" ajaja!!!nunca se me ocurriría pero asi fué.
que manera de sufrirrrrr!!! grandes romero y mascherano!!!
Que alegría, nos hacia falta
Que grande esta Pepe, ya es un hombrecito, ya no hay más bebes Gra?
Anon:
Así es, no hay más bebes...shhhhhhhhhh...por suerte!
Cartón lleno, por estos lados!
Cariños!
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