Tener visitas un montón de días no es fácil y es más complicado cuando encima son mayores que nosotros - lo que ya es bastante decir.
Ya me había olvidado de llevar a mi abuelita del brazo, de ponerle el saquito, de caminar muy despacito.
Son días de total atención a un matrimonio adorable pero que repiten las cosas todo el tiempo, que preguntan y vuelven a preguntar lo mismo, a los que hay que alcanzarles todo y encima escuchan poco.
No dejo de lado el comentar que hay alguna incontinencia por ahí y por acá.
La tarea es agotadora, ellos merecen ser atendidos como reyes pero desde hace muchos años yo estoy acostumbrada a andar detrás de los chicos, levantando juguetes y limpiando mocos, con esta gente siento mucha responsabilidad porque tengo miedo que se caigan ya que los dos dos son gordos y encima caminan muy mal y a los pocos pasos que hacen ya están agitados.
Claro que todo tiene su otro lado... Hasta me siento joven y todo jajaja...
Ideas,opiniones y ocurrencias de una mujer común y bastante veterana que una vez, allá lejos - y hace mucho tiempo - fue una nena y que por suerte la sigue llevando adentro para poder ponerse a la par de tantos nietos y poder estar, jugar o simplemente escucharlos...eso, nada más...porque como dijo Gandhi " Los mejores profesores, los niños", y yo quiero seguir aprendiendo...
1 comentario:
Es una gran responsabilidad como decís manejar ancianos porque si se rompen la cadera con una tonta caída las consecuencias pueden llegar a ser muy traumáticas.
Luis
Publicar un comentario